La vitrocerámica es uno de los electrodomésticos a los que más uso se le da diariamente y de los que más sufren. La placa de vitrocerámica es muy cómoda de limpiar, pero fácil de rayar. Hoy te proponemos algunas técnicas para eliminar esos pequeños rasguños y recuperar su aspecto brillante e impoluto. Eso sí, si notas que la estructura está muy dañada, lo mejor será consultar con un profesional, ya que si ha sufrido algún golpe es posible que exista alguna rotura interna que haga que nuestra vitrocerámica no funcione correctamente, lo cual, al ser una fuente de calor, se convierte en un auténtico peligro en el hogar.
Pasta de dientes:
Uno de los trucos más conocidos para reparar este tipo de raspones de nuestra vitrocerámica es la pasta de dientes. Suele funcionar para arañazos pequeños y no muy profundos. Para ello, colocamos una pequeña cantidad de pasta dentífrica blanca en un trapo de algodón y frotamos la zona dañada hasta que desaparezca el arañazo. Al final, usamos un paño limpio para eliminar los restos de pasta y sacar brillo.
Amoniaco:
Otro consejo para eliminar arañazos de tu vitrocerámica es usar una solución de amoniaco. Mezclando agua y bicarbonato conseguimos una mezcla parecida a la de la pasta de dientes. Posteriormente, mojamos un paño y lo aplicamos haciendo movimientos circulares, podremos comprobar cómo esos pequeños arañazos van desapareciendo.
Limpiador de manteles:
El limpiador de manteles es otra solución que podríamos utilizar para eliminar esos rasguños de nuestra virocerámica. Para ello, usamos una pequeña cantidad de crema limpiadora con un paño suave o incluso con discos de algodón. Antes de aplicarlo por toda la placa, hacemos una pequeña prueba en una zona menos visible y si vemos que funciona repetimos el procedimiento en toda la placa. Después eliminamos los restos de limpiador con un trapo húmedo y limpio.
Bicarbonato de sodio:
Por último otra de las alternativas que podemos utilizar para reparar esas rozaduras de la placa sería usar bicarbonato de sodio. Mezclamos el agua y bicarbonato creando una pasta consistente y densa, asegurándonos de que no sea demasiado seca ya que podría estropear la placa. Aplicamos la pasta con un paño suave y frotamos con cuidado.
No obstante, el mejor consejo para conseguir que la vitrocerámica esté perfecta y poder deshacernos fácilmente de los pequeños raspones, es hacer una buena limpieza diaria y mantenimiento. En nuestro post Consejos para cuidar tu vitrocerámica te damos más detalles para mantener tu vitrocerámica como el primer día.