Cambio climático, ciclogénesis o simplemente temporal. El caso es que no para de llover. ¿Y qué hago con mi ropa? Una secadora es la solución, aunque en el verano nos parezca que no la estamos amortizando, cuando te acostumbres a ella –y a no tender– no te arrepentirás.
Pero elegir una secadora no es fácil, ya no solo por la existencia infinita de marcas y modelos, sino porque, además, realmente estamos hablando de un producto que vienen a ser cuatro electrodomésticos prácticamente distintos.
Todas son secadoras, pero su tipología y funcionamiento completamente dispar hace que antes que una marca o modelo (ya por si una elección siempre complicada), tengamos que decidir antes si necesitamos una de evacuación, una de condensación, una de bomba de calor o, incluso, si nos basta con una centrifugadora.
O también si lo que queremos realmente es una lavadora-secadora, combo cada vez más presente en el mercado. Aunque ya decimos que solo lo recomendamos si no tenemos más solución porque no disponemos de espacio…
Debe saber de antemano que, por regla general, recomendamos una secadora con mayor capacidad que la lavadora. Es lo óptimo… las hay de los 6 kg. a los 9 kg. de carga. Aunque, como en las lavadoras, lo habitual son entre 7 kg. y 8 kg.
Y que su vida debe ser de más de diez años, similar a la de lavadora.
Ah, y que es un mito que estropee la ropa –ya hay modelos que incluyen además programas antiarrugas–, otra cosa es que no miremos por la ropa. No es lo mismo –ni se tarda– secar algodón que microfibra…
La elección depende, además, de muchos factores más allá de la capacidad o los programas según el tipo de ropa. Hay que tener en cuenta el uso medio que vamos a darle, las dimensiones, si tiene secado por sensores o solo por tiempo, antiarrugas, antivibración o cuál es su potencia sonora.
Por norma, son más ruidosas que las lavadoras. Hay modelos que alcanzan los 65 dB…
Secadoras de evacuación
Era, hasta ahora, el tipo de secadora más habitual. Pero prácticamente están desapareciendo, afortunadamente, pese a que eran aparatos robustos. Tanto las de evacuación electrónica como las mecánicas están despidiéndose del mercado…
Básicamente, se calientan mediante resistencias eléctricas que “inyectan” calor en el bombo a través de una turbina de ventilación. Son de “evacuación” porque necesitan un tubo al exterior por donde expulsan el aire húmedo.
Solo son recomendables si se va a hacer un uso muy ocasional, o de vez en cuando, porque son las más baratas, pero las que más electricidad consumen, hasta 4,8 kWh. Son por tanto muy poco eficientes, con una clasificación energética C. A la larga salen caras…
Secadoras de condensación
Este modelo de secadora sigue usando resistencias eléctricas aunque no necesitan conexión exterior para evacuar la humedad, ya que su mecanismo incluye un intercambiador refrigerado que hace que se condense y acumule en una cubeta. Aún así lo habitual es que necesiten un desagüe.
Tampoco necesitan coger continuamente aire del exterior y por eso gastan bastante menos energía para elevar la temperatura. Son más eficientes (aunque la gran mayoría, por no decir todas, son de clase energética B) que las de evacuación. Las resistencias consumen, y vaya que sí… hasta 4,2 kWh.
El uso recomendable es una periodicidad semanal. Tienen un precio medio entre 300 y 400 euros. Aunque hay modelos, con 7 kilos de carga, desde 240 euros, hasta otros que rozan los 500 euros. La diferencia está en detalles como el condensador autolimpiante, si no deberás limpiarlo entre tres y cuatro veces al año. Y recuerda siempre limpiar el filtro y también los sensores de humedad.
Secadoras de bomba de calor
No tienen comparación. Y no tienen resistencias, sino, como su nombre indica, una simple bomba de calor que calienta el aire y lo transfiere al bombo. Y que, sobre todo, gasta bastante menos electricidad, en torno a 2,2 kWh.
Y son, de hecho, hasta cuatro veces más eficiente energéticamente que las de condensación. Esto significa que se puede encontrar modelos de clase energética A+ y A++ a precios asequibles, a partir de 320 euros. Con lo que están copando prácticamente el mercado. El precio medio, no obstante, está en torno a 600 euros.
Es posible encontrar también modelos A+++ desde 400 euros y 7 kilos de capacidad de carga. Presentan, no obstante, una gama de precios realmente amplia, hasta 1.000 euros.
Son las que recomendamos, también por la calidad del secado y porque ya no tendrás que limpiar filtros ni preocuparte por conductos. Pero debes saber dos cosas importantes.
La primera es que los ciclos de secado con bomba de calor son más lentos que en las de condensación. Su razón es evidente: una bomba de calor no puede llegar a alcanzar las temperaturas de las resistencias…
Y, segundo, no podemos dejar de advertirlo, tienen también más posibilidades de averías, ya que contienen más elementos y piezas, como un compresor o un sistema de expansión. Pero también ocurren porque estas son secadoras recomendadas para un uso diario y, evidentemente, están sometida a un mayor desgaste.
Centrifugadora
Otra opción, si tenemos problema de espacio, es la centrifugadora. No hay muchos modelos en el mercado, pero las que ya han llegado al mercado español dejan la ropa a punto para planchar. Pese a su tamaño reducido, consiguen prácticamente los mismos efectos que las secadoras.
Su funcionamiento es evidente: un tambor similar a de las lavadoras que gira aún a mayor velocidad y de esta manera seca la ropa. Inconvenientes: poca capacidad de carga, solo entre 4,5 y 5 kilos. Y sobre todo el exceso de decibelios de sus 2.300 a 2.800 revoluciones por minuto.
A favor su tamaño: aproximadamente alrededor de los 60 centímetros de altura y los 35 centímetros de anchura, que también son los que suelen tener de profundidad. Y por supuesto su precio, entre 160 y 260 euros. Ah, que no se nos olvide, suelen tener un ciclo muy corto, hasta de 5 minutos.
Y la carga de ropa siempre es superior. Aunque, eso sí, poca ropa y de vez en cuando…
Lavadora secadora
No le hemos prestado mucha atención, porque suelen ser modelos, tanto comparados con las lavadoras o con las secadoras, que consumen más agua y más energía. Raramente encontraremos modelos de eficiencia energética superior a A.
Lo habitual, de hecho, el que sean solo B. Aunque, también es verdad, que si sumamos los consumos de los dos electrodomésticos por separado resulta más barato.
Aunque la recomendamos para un uso del secado realmente esporádico. Y además la eficacia de ese secado no suele ser muy buena, al menos si se compara con la secadora.
Así que para usarla de lavadora… mejor compra una lavadora.
Si presenta la ventaja de un precio de compra más barato que adquirir los dos electrodomésticos por separado. Hay modelos desde 300 euros y hasta 1.500 euros, un precio considerablemente más elevado que la más cara de las lavadoras o de las secadoras.
Aún así también se están comenzando a poner de moda. Y aunque no sea cierto que tengan una doble posibilidad de estropearse, si posee mayor probabilidad de averías.
También hay modelos de lavadora que si ser un combo, traen un programa con función de secado. Ahorran agua gracias a su condensador aire-aire, pero sigue siendo deficiente la calidad del secado frente a las secadoras. Aunque sirven para un desaguisado.
Desde M. J. Suazo esperamos que con estos consejos os sea mucho más sencillo elegir una secadora, sabiendo siempre que es lo que necesitamos y el uso regular que vayamos a darle.
Aún así, si tenéis alguna duda al respecto, desde M. J. Suazo estaremos encantados de ayudaros e intentar solucionarla.