¿Estás pensando en renovar tu cocina y a la hora de cambiar tu placa no sabes si decidirte por una vitrocerámica o por una de inducción?
Desde M. J. Suazo queremos ayudaros y resolveros las dudas, describiendo cada una de ellas y resaltando sus ventajas e inconvenientes, para que así, según tus necesidades, te sea más fácil tomar la decisión.
Para empezar, debemos saber la diferencia entre cada una de ellas. La vitrocerámica es un sistema de cocina eléctrica basado en una placa lisa de cerámica que tiene las propiedades del vidrio y muy resistente a altas temperaturas, además de tener también una rápida capacidad para transmitir ese calor. La superficie es de cristal y tiene de dos a cuatro resistencias en forma circular y de diferentes tamaños. Se enciende con un botón y transmite calor a la superficie, permitiéndote regular la potencia y por lo tanto el calor.
Por otro lado, la placa de inducción funciona por un imán que se calienta a través de la electricidad. Estas cocinas son más modernas, ya que calientan la comida a través de un campo magnético y solo transmite el calor al recipiente que está encima en ese momento. Al igual que la vitrocerámica, tiene una superficie de cristal liso y se enciende con un botón, la diferencia es que calientan más rápido que la vitrocerámica y el calor se disipa al momento.
Las ventajas de la vitrocerámica son las siguientes:
- Su superficie es fácil de limpiar: al ser una superficie lisa, los restos y las salpicaduras se eliminan fácilmente.
- El calor se distribuye gradualmente: las resistencias no se calientan de inmediato, se hace progresivamente. Esto beneficia para el cocinado de muchos alimentos, ya que no se cocinan bien con un calor inmediato e intenso.
- Otra de las ventajas más importantes es la utilización de recipientes: la vitrocerámica acepta todo tipo de superficies y es apta para todo tipo de recipientes.
- Se puede aprovechar el calor: al distribuir el calor de forma progresiva, cuando apagas el botón y dejas de consumir electricidad, aún la resistencia sigue caliente, por lo que puedes aprovechar ese calor para terminar de cocinar o calentar los alimentos.
Por otro lado, la vitrocerámica tiene también inconvenientes que cabe mencionar para poder elegir correctamente y sabiendo todo lo que necesitas:
- Lo que en algunas ocasiones podemos considerar una ventaja, en otras se puede convertir en un inconveniente. Que la resistencia se caliente de forma progresiva y tarde en hacerlo, puede convertirse en algo molesto por el tiempo de espera.
- Al igual que tarde en calentarse, la resistencia tarda en enfriarse. Esto puede ser un inconveniente para el cocinado de algunos productos, ya que debemos estar pendientes de que no se nos queme la comida, a pesar de haber apagado la vitrocerámica.
- El peligro del calor. Al tardar en enfriarse, puede ser peligrosa para los niños, ya que pueden ver apagada la vitrocerámica y sin embargo seguir quemando.
- Por último y no menos importante, el gasto eléctrico. Al ser más lento el calentamiento, necesitas gastar más electricidad para el cocinado, por lo que el consumo y el gasto económico, será mayor.
Las placas de inducción tienen también muchas ventajas. Las que consideramos más destacables son las siguientes:
- La superficie es fácil de limpiar: al igual que la vitrocerámica, la placa de inducción es muy fácil de limpiar, ya que la superficie es lisa y los restos y salpicaduras se eliminan fácilmente.
- Calienta mucho más rápido: al no utilizar resistencia y obtener el calor a través de un campo magnético, éste actúa rápidamente sobre el recipiente de metal. Es tan eficaz como el microondas.
- Control de temperatura: al no tardar en calentarse, ni en enfriarse, la placa de inducción te permite ser muy preciso en el control de la temperatura.
- Más seguro para niños y mayores: gracias al punto anterior, a poder controlar la temperatura de forma precisa y no tardar en enfriarse, es mucho más segura para todas las personas que viven en el hogar, sobre todo, los más pequeños, ya que es más difícil quemarse debido al rápido enfriamiento al apagarla.
- Gasta menos energía. Al calentar y enfriarse más rápido, el consumo de energía y electricidad es mucho menos, por lo que verás que el gasto es más bajo en la factura de la luz.
A pesar de todas estas ventajas que parecen ser más innovadoras y superiores a la vitrocerámica, la placa de inducción tiene algunos inconvenientes muy importantes
- Al no calentar progresivamente, el calor es más fuerte mucho más rápido, por lo que muchos alimentos que necesitan calor progresivo, deben cocinarse con mucho más cuidado y debemos estar más alertas para no quemarlos.
- Recipientes específicos: aunque cada vez hay más oferta de recipientes aptos para este tipo de placas, no todos son válidos, por lo que es probable que si pones inducción en tu casa por primera vez, casi ninguno de los recipientes que tengas te valga y tengas que renovarlos.
- Los recipientes de cocina tradicional no están indicados para las placas de inducción, por lo que las ollas de barro de cocina artesanal, por ejemplo, no pueden utilizarse.
- A pesar de que ahorramos dinero en la factura de la luz con este tipo de placas, el coste inicial es mucho mayor, ya que puede costar casi el doble que una vitrocerámica. Para saber si te compensa económicamente y te va a salir o no rentable, debemos calcular el uso que vamos a para que a la larga, con el ahorro en la factura, nos compense el gasto inicial.
Desde M. J. Suazo esperamos que con toda esta información, te sea más fácil tomar una decisión a la hora de escoger una u otra para tu cocina.
Si necesitas más información o tienes dudas al respecto, no dudes en preguntarnos, estaremos encantados de atenderte.