Hoy en M. J. Suazo queremos hablaros de otro electrodoméstico que gana día a día protagonismo en la cocina, la campana extractora. Y lo hace por que sobre ella las marcas están desarrollando un inusitado salto tecnológico. La campana extractora es la revolución que viene. Si no está ya aquí. ¿Imagine una campana que aparentemente es una pantalla Smart TV? ¿Con Neflix y Spotify? Continuar leyendo
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Reparar o cambiar el horno: la pregunta del nuevo año
A partir de nuestras recomendaciones sobre la limpieza del horno, algunos clientes nos han trasmitido acerca de este electrodoméstico imprescindible en nuestra cocina “la” pregunta; la misma que siempre surge cuando hablamos del horno si comienza a fallar o ya han pasado por él los años: ¿lo reparamos? ¿lo cambiamos? ¿compramos uno nuevo?
La respuesta no es fácil. Cada horno es un mundo, y cada familia tiene de él una necesidad distinta. Pero sí se pueden ofrecer unas respuestas básicas. Y todo partiendo de que el horno es quizás –junto a la aparición de los robots de cocina–, el electrodoméstico que más ha evolucionado, el que más ha modernizado nuestra cocina. En apenas unos años, el salto de calidad –y prestaciones– ha sido más que considerable. Es sin duda la nueva estrella de la cocina.
Eso sí, como prácticamente todos los grandes electrodomésticos, la vida útil de un horno se estima entre nueve y diez años. Si su horno de gas ya los ha cumplido, es entonces momento de plantearse adquirir uno nuevo. Aunque debemos de advertir, por experiencia, que con un correcto mantenimiento los hay que extienden su uso entre 13 y 17 años. Y no precisamente, como suele decirse, como “guarda sartenes”.
Veamos. Acerca del óptimo mantenimiento –más allá de la limpieza–, se debe insistir en el uso de recipientes adecuados. Los más recomendables son los de materiales refractarios de colores oscuros, ya que conservan mejor el calor. Hay quien opina que los de silicona, tan de moda, dañan los sensores de humedad de los hornos que lo poseen. No lo podemos afirmar…
Un uso incorrecto muy común es dejar la puerta abierta para que se enfríe más rápido. Sin embargo, esta acción suele provocar daño en las gomas, lo que hará que deje de cerrar herméticamente. Un daño que se pagará caro…
Lo primero que hay que decir es que en un horno, sometido a temperaturas muy superiores a 200º, pueden aparecer muchos tipos de pequeñas averías. Desde el ventilador –fácilmente apreciable, porque deja de oírse su peculiar bramido–, la bombilla, las gomas y, sobre todo, las resistencias. Y más.
La avería más común –bueno, exactamente la consecuencia de la avería más común– es que el horno no calienta. Suele producirse por el fallo de las resistencias, ya que estas tienen una vida útil limitada, aunque depende de múltiples factores: uso, marca, calidad, etc.
Un horno convencional suele llevar dos resistencias, aunque realmente ya se ha hecho común una tercera. La inferior, la superior (la que presta la función grill) y la denominada turbo, que suele estar detrás, cercana al ventilador, y aporta un extra de temperatura.
Intentar reparar un horno es un atrevimiento si no se poseen algunos mínimos conocimientos. Lo suyo es llamar a un técnico. Si desea enfrentarse a la reparación, la regla básica, como en todo, es desconectar la alimentación eléctrica. Y mucha paciencia.
Desarmado el horno del mueble, hay que apartar la tapa. Con un simple polímetro, hay que examinar si la resistencia está o no derivada. Es decir, si da o no continuidad. La falta de uso muchas veces produce alguna derivación. Y realmente sucede. Es una avería, no obstante, fácilmente reparable.
Si hay una derivación lo sabríamos porque a los pocos minutos de estar el horno en marcha nos saltará el diferencial. A veces, da continuidad, pero aún así salta el diferencial. Ocurre porque en este tipo de resistencias de calor secas al dilatarse y contraerse, algunas veces toca con la envoltura metálica… y entonces se produce la derivación. La solución es cambiar las resistencias. O también puede ser que haya un cable pelado o derretido.
Sí podemos dar, por ejemplo, otros consejos para que mantengas tu horno en óptimas condiciones. Y tan fáciles como evitar usar alimentos todavía congelados, no abrir constantemente la puerta (se pierde hasta el 20% de la energía acumulada con solo abrirla una única vez) o apagarlo cinco minutos antes del tiempo programado y esperar al menos esos cinco minutos para abrirlo.
Si la decisión –o la avería no te ha dejado más remedio– ha sido comprar un nuevo horno, realmente te enfrentarás a un gran número de decisiones más allá del volumen ya que se pueden encontrar modelos entre los 53 y 71 litros. Aunque si va encastrado lo primero que hay que tener en cuenta es el ancho, el alto y la profundidad. Lo habitual es un ancho de 60 centímetros (59,5 realmente), pero los hay con algo menos (compactos) o de hasta 90 cm. (extragrande).
Más allá, algunas opciones aparentemente secundarias no lo son, como el bloqueo infantil o la limpieza pirolítica, imprescindible (otro modo de limpieza es la catálisis, pero la pirolisis es más barata y completa). Hoy se han convertido –o debería convertirse– en opciones de serie. Y damos por supuesto que hablamos de hornos multifunción, que son la gama más generalizada: calor arriba y abajo, precalentamiento, grill, ventilador, control de temperatura. Realmente se diferencian a su vez entre modelos de “Aire pulsado” y otros de “Calor giratorio”.
Elegir uno u otro, muy básicamente, es una decisión que tiene que ver sobre todo con el uso que hagamos del horno. Si es muy habitual, el calor giratorio, con su casi inexistente precalentamiento y la cocción simultánea en 3 o 4 niveles sin que se mezclen olores, es más recomendable.
Ya apenas se ven hornos convencionales con cuatro modos de cocción (aunque siguen estando en el mercado para usuarios esporádicos) y los hornos a vapor de las cocinas profesionales –que son el futuro en nuestras casas– aún no se han extendido.
No nos referimos aquí al horno eléctrico, mucho más que un simple microondas, que va ganando espacio en las cocinas, pero que entendemos como otro electrodoméstico distinto. Puede solventar la falta de un horno multifunción, pero no son ni mucho menos comparables en las posibilidades gastronómicas… La eficiencia energética hay que tenerla en cuenta, pero sepa que apenas hay modelos A+ y menos aún A++.
El precio no debería ser un inconveniente, ya que hay modelos de calidad más que contrastada por 300 €. Aunque el mercado ofrece modelos que no alcanzan los 200 € y otros que superan los 500. En su mayoría son modelos que pueden situarse hasta en cinco alturas diferentes. El horno debajo de la vitrocerámica o la cocina de gas son ya historia…
Trucos para limpiar tu horno después de las fiestas
El Roscón de Reyes, el pavo de Nochevieja, la lubina de Navidad… tu horno también necesita reponerse del estrés de las fiestas en el que, seguramente, ni te ha dado tiempo a limpiarlo a fondo. Ya es hora.
El supermercado –y cualquier droguería– abastece de multitud de productos para una correcta limpieza. A nosotros, sin embargo, nos gusta recurrir a métodos caseros que, cuanto menos, nos parecen igual de eficaces, pero, eso sí, menos contaminantes.
Y, por supuesto, baratos. El limón, el bicarbonato o el vinagre son remedios naturales que ayudan a desengrasar. Y de siempre han tenido su sitio en la cocina. Los hornos –a excepción de los que incorporan la función autolimpiado, aunque aún así es recomendable también someterlo a estos remedios caseros– son ideales para comprobar que no estamos hablando de leyendas urbanas.
La limpieza del horno es una tarea que necesitaríamos hacer con más regularidad de la que, realmente, hacemos. Un horno limpio no solo garantiza una mejor salud, sino que también favorece una larga vida a este electrodoméstico, imprescindible en nuestro hogar.
Sin embargo, el recurso constante a productos químicos, lejos de favorecerlo, puede también dañarlo. Por eso, nos gusta recomendar estas soluciones naturales que, digámoslo así, no son tan agresivas, no ya con la protección del medio ambiente, sino con nuestro propio horno.
Elegir una u otra de estas soluciones no tiene que ver tanto con su eficacia, sino con nuestras preferencias: por su olor, por su tacto… en general, cada una de ellas es una buena opción. Aunque no siempre se adaptan a nuestras necesidades.
No hay regla general, pero también podemos elegir según el tipo de uso que le damos al horno a veces rinde más una solución que otra: el limón si lo empleamos básicamente con pescado, el vinagre si lo que solemos asar es carne, el bicarbonato si nos gusta las tartas y los bizcochos… A veces funciona mejor mezclar vinagre y bicarbonato…
Junto a ellos también podemos recurrir a otras soluciones como el uso de la levadura en vez de bicarbonato o la sal gruesa, casi siempre unida al bicarbonato, en vez del vinagre si no soportamos su intenso olor. Aunque estas soluciones nos gusta menos emplearla.
En cualquier caso, todas estas soluciones se deben hacer con el horno ya precalentado a una temperatura en torno a 200º durante diez minutos. Con eso debería ser suficiente. Y recuerda. No son excluyentes. Según el nivel de suciedad: limón, vinagre, bicarbonato sódico… o vinagre y bicarbonato.
Limón
Nuestra tierra es pródiga en limoneros. Así que nada mejor que coger del árbol unos cuantos limones y explorar sus propiedades desinfectantes, desengrasantes y antisépticas. Si bien al emplear el limón lo que proporcionamos, ante todo, es un eficiente desodorante, es decir, elimina el mal olor. Sobre todo, el que nos deja el pescado.
Poned en la bandeja (o mejor aún, en algún recipiente apto para el horno sobre la rejilla) el zumo de dos o tres limones, y déjalo a 200º durante media hora. Sin embargo, hay que tener una serie de precauciones para evitar que se queme el zumo del limón, lo que suele ocurrir si nuestro horno es antiguo y no es digital.
A 250º el zumo del limón se va a quemar con toda seguridad, incluso a 200º es posible si nuestro horno no regula correctamente la temperatura. Bajad entonces a 150º (o incluso a 120º), ya que lo que buscamos es que el zumo de limón hierva simplemente… y de paso también nos aromatice toda la cocina.
Pero, atención, si no queremos correr el riego de que se queme el zumo también podemos añadirle agua en proporción de tres partes de agua por cada una de limón, o incluso mitad y mitad. Si es así también podemos dejar la cáscara de, al menos, un limón en el recipiente. Siempre ayuda…
No es una fórmula tan efectiva, pero funciona. Cuando el horno ya lo permita (que no esté completamente frío, y aún permanezca el vapor dentro del horno) pasad una bayeta por las paredes.
Vinagre
El vinagre tiene, en comparación con el limón, mayores propiedades antibacterianas y desengrasantes, por supuesto también antisépticas. Pero en contra tiene su olor, que en muchas casas no gusta. Pero es radicalmente efectivo.
La primera pregunta a la que nos enfrentamos es, sin embargo, ¿qué tipo de vinagre? Evidentemente hay que descartar el que nos venden para su uso desinfectante, básicamente para la limpieza de baños y fregaderos. Es preferible utilizar alguno de uso comestible.
En general, se suele recomendar el vinagre de manzana, entre otras razones por su olor, menos invasivo, al que solemos ser más tolerante. Sin embargo, es preferible usar un vinagre de vino, evidentemente, estando donde estamos un vinagre del Marco de Jerez o, mejor aún, de vino de Chiclana, una de las estrellas de nuestra gastronomía.
Con el horno precalentado los diez minutos a 100 o 120º (ojo, y ¡ya apagado!,), lo mejor es echar el vinagre en un pulverizador y con él ir cubriendo sus paredes. Inmediatamente, limpiar con una bayeta ligeramente humedecida. Repetir si es necesario (que lo será).
También podemos hacer esta operación rebajando el vinagre con agua (hasta un máximo de tres de agua por una de vinagre) si queremos evitar su fuerte olor, pero que conste que también estaremos rebajando su eficacia.
Hay quien recomienda usar el vinagre igual que con el limón: es decir, ponerlo en la bandeja o en algún recipiente durante treinta minutos a 200º. No nos gusta demasiado porque no nos parece más efectiva, pero de hacerlo hay que tener la precaución de rebajar siempre el vinagre con agua (no es necesario que esté caliente).
Y al igual que con el limón vigilar que no se evapore del todo, y si es necesario bajar la temperatura hasta 120º. Lo que no vamos a ahorrarnos es pasar la bayeta humedecida y con fruición.
Bicarbonato
¿Qué se limpia con bicarbonato en una cocina…? Prácticamente todo, y el horno no iba a ser menos. Es una solución recomendable en caso de suciedad, digamos, exagerada. Aunque, particularmente, en el caso del horno, es preferible usarlo en combinación con otros remedios, como el vinagre.
La solución quitagrasa más usual es simplemente pulverizar agua tibia y bicarbonato sódico en proporción cuatro a uno. O podemos simplemente añadir una cucharada de bicarbonato al pulverizador de vinagre y agua (ojo… con la espuma).
Pero el bicarbonato es más eficaz si se da directamente. Por ejemplo, si en la base del horno tenemos restos quemados o con manchas de grasa incrustadas. Entonces se puede, simplemente, esparcir directamente el bicarbonato y después rociarlo con el pulverizador con vinagre rebajado con agua. Así lo dejamos actuar durante unas dos horas y después lo limpiamos.
Si no quieres usar vinagre, en vez de usarlo seco convierte el bicarbonato en una pasta al mezclarla con un poco de agua en proporción de cinco a uno. También puedes hacerla más líquida añadiendo más agua (hasta mitad y mitad, como máximo). A más suciedad, más bicarbonato. La pasta la puedes esparcir con una esponja o un trapo a las paredes del horno.
El tiempo es proporcional a la suciedad. Hay quién recomienda incluso dejarlo durante doce horas, pero no es necesario. Basta con unas dos horas. Y el horno, recuerda, apagado… Puedes repetir la operación una o dos veces más.
Otra solución con bicarbonato y vinagre, útil también para paredes del horno que no salen solo con el vinagre, es hacer una pasta mezclando diez cucharadas de vinagre, cuatro de agua y tres de vinagre, que debe añadirse muy poco a poco, porque la reacción química a esta mezcla produce espuma.
La mezcla la dejamos actuar con el horno apagado una hora (o lo calentamos a baja temperatura diez minutos para acelerar el proceso) y aclaramos con el pulverizador de vinagre y agua, limpiamos y, finalmente, frotamos con la bayeta. Debe salir la grasa acumulado con relativa facilidad… Hay quien sugiere emplear levadura en vez de vinagre. No lo hemos probado, porque necesitaríamos cantidades ingente de levadura y, además, no estamos convencidos de su resultado. Puestos a sustituir, además, hemos visto que también hay quien sugiere sustituir en la combinación con el bicarbonato el vinagre por sal gruesa.
Un modo eficaz de actuar sin olor, pero también menos eficaz. Evidentemente, en este caso, hay que dejar diluir por completo la sal, que si no araña…
En todo este proceso, es posible, como hemos dicho, que observes que tu horno no regule las temperaturas de una manera rigurosa… entonces podríamos estar hablando de que necesite reparación. O incluso cambiarlo. Pero de esto hablaremos en nuestra próxima entrada.
¿Y si no para de llover? Una secadora es la solución
Cambio climático, ciclogénesis o simplemente temporal. El caso es que no para de llover. ¿Y qué hago con mi ropa? Una secadora es la solución, aunque en el verano nos parezca que no la estamos amortizando, cuando te acostumbres a ella –y a no tender– no te arrepentirás.
Pero elegir una secadora no es fácil, ya no solo por la existencia infinita de marcas y modelos, sino porque, además, realmente estamos hablando de un producto que vienen a ser cuatro electrodomésticos prácticamente distintos.
Todas son secadoras, pero su tipología y funcionamiento completamente dispar hace que antes que una marca o modelo (ya por si una elección siempre complicada), tengamos que decidir antes si necesitamos una de evacuación, una de condensación, una de bomba de calor o, incluso, si nos basta con una centrifugadora.
O también si lo que queremos realmente es una lavadora-secadora, combo cada vez más presente en el mercado. Aunque ya decimos que solo lo recomendamos si no tenemos más solución porque no disponemos de espacio…
Debe saber de antemano que, por regla general, recomendamos una secadora con mayor capacidad que la lavadora. Es lo óptimo… las hay de los 6 kg. a los 9 kg. de carga. Aunque, como en las lavadoras, lo habitual son entre 7 kg. y 8 kg.
Y que su vida debe ser de más de diez años, similar a la de lavadora.
Ah, y que es un mito que estropee la ropa –ya hay modelos que incluyen además programas antiarrugas–, otra cosa es que no miremos por la ropa. No es lo mismo –ni se tarda– secar algodón que microfibra…
La elección depende, además, de muchos factores más allá de la capacidad o los programas según el tipo de ropa. Hay que tener en cuenta el uso medio que vamos a darle, las dimensiones, si tiene secado por sensores o solo por tiempo, antiarrugas, antivibración o cuál es su potencia sonora.
Por norma, son más ruidosas que las lavadoras. Hay modelos que alcanzan los 65 dB…
Secadoras de evacuación
Era, hasta ahora, el tipo de secadora más habitual. Pero prácticamente están desapareciendo, afortunadamente, pese a que eran aparatos robustos. Tanto las de evacuación electrónica como las mecánicas están despidiéndose del mercado…
Básicamente, se calientan mediante resistencias eléctricas que “inyectan” calor en el bombo a través de una turbina de ventilación. Son de “evacuación” porque necesitan un tubo al exterior por donde expulsan el aire húmedo.
Solo son recomendables si se va a hacer un uso muy ocasional, o de vez en cuando, porque son las más baratas, pero las que más electricidad consumen, hasta 4,8 kWh. Son por tanto muy poco eficientes, con una clasificación energética C. A la larga salen caras…
Secadoras de condensación
Este modelo de secadora sigue usando resistencias eléctricas aunque no necesitan conexión exterior para evacuar la humedad, ya que su mecanismo incluye un intercambiador refrigerado que hace que se condense y acumule en una cubeta. Aún así lo habitual es que necesiten un desagüe.
Tampoco necesitan coger continuamente aire del exterior y por eso gastan bastante menos energía para elevar la temperatura. Son más eficientes (aunque la gran mayoría, por no decir todas, son de clase energética B) que las de evacuación. Las resistencias consumen, y vaya que sí… hasta 4,2 kWh.
El uso recomendable es una periodicidad semanal. Tienen un precio medio entre 300 y 400 euros. Aunque hay modelos, con 7 kilos de carga, desde 240 euros, hasta otros que rozan los 500 euros. La diferencia está en detalles como el condensador autolimpiante, si no deberás limpiarlo entre tres y cuatro veces al año. Y recuerda siempre limpiar el filtro y también los sensores de humedad.
Secadoras de bomba de calor
No tienen comparación. Y no tienen resistencias, sino, como su nombre indica, una simple bomba de calor que calienta el aire y lo transfiere al bombo. Y que, sobre todo, gasta bastante menos electricidad, en torno a 2,2 kWh.
Y son, de hecho, hasta cuatro veces más eficiente energéticamente que las de condensación. Esto significa que se puede encontrar modelos de clase energética A+ y A++ a precios asequibles, a partir de 320 euros. Con lo que están copando prácticamente el mercado. El precio medio, no obstante, está en torno a 600 euros.
Es posible encontrar también modelos A+++ desde 400 euros y 7 kilos de capacidad de carga. Presentan, no obstante, una gama de precios realmente amplia, hasta 1.000 euros.
Son las que recomendamos, también por la calidad del secado y porque ya no tendrás que limpiar filtros ni preocuparte por conductos. Pero debes saber dos cosas importantes.
La primera es que los ciclos de secado con bomba de calor son más lentos que en las de condensación. Su razón es evidente: una bomba de calor no puede llegar a alcanzar las temperaturas de las resistencias…
Y, segundo, no podemos dejar de advertirlo, tienen también más posibilidades de averías, ya que contienen más elementos y piezas, como un compresor o un sistema de expansión. Pero también ocurren porque estas son secadoras recomendadas para un uso diario y, evidentemente, están sometida a un mayor desgaste.
Centrifugadora
Otra opción, si tenemos problema de espacio, es la centrifugadora. No hay muchos modelos en el mercado, pero las que ya han llegado al mercado español dejan la ropa a punto para planchar. Pese a su tamaño reducido, consiguen prácticamente los mismos efectos que las secadoras.
Su funcionamiento es evidente: un tambor similar a de las lavadoras que gira aún a mayor velocidad y de esta manera seca la ropa. Inconvenientes: poca capacidad de carga, solo entre 4,5 y 5 kilos. Y sobre todo el exceso de decibelios de sus 2.300 a 2.800 revoluciones por minuto.
A favor su tamaño: aproximadamente alrededor de los 60 centímetros de altura y los 35 centímetros de anchura, que también son los que suelen tener de profundidad. Y por supuesto su precio, entre 160 y 260 euros. Ah, que no se nos olvide, suelen tener un ciclo muy corto, hasta de 5 minutos.
Y la carga de ropa siempre es superior. Aunque, eso sí, poca ropa y de vez en cuando…
Lavadora secadora
No le hemos prestado mucha atención, porque suelen ser modelos, tanto comparados con las lavadoras o con las secadoras, que consumen más agua y más energía. Raramente encontraremos modelos de eficiencia energética superior a A.
Lo habitual, de hecho, el que sean solo B. Aunque, también es verdad, que si sumamos los consumos de los dos electrodomésticos por separado resulta más barato.
Aunque la recomendamos para un uso del secado realmente esporádico. Y además la eficacia de ese secado no suele ser muy buena, al menos si se compara con la secadora.
Así que para usarla de lavadora… mejor compra una lavadora.
Si presenta la ventaja de un precio de compra más barato que adquirir los dos electrodomésticos por separado. Hay modelos desde 300 euros y hasta 1.500 euros, un precio considerablemente más elevado que la más cara de las lavadoras o de las secadoras.
Aún así también se están comenzando a poner de moda. Y aunque no sea cierto que tengan una doble posibilidad de estropearse, si posee mayor probabilidad de averías.
También hay modelos de lavadora que si ser un combo, traen un programa con función de secado. Ahorran agua gracias a su condensador aire-aire, pero sigue siendo deficiente la calidad del secado frente a las secadoras. Aunque sirven para un desaguisado.
Desde M. J. Suazo esperamos que con estos consejos os sea mucho más sencillo elegir una secadora, sabiendo siempre que es lo que necesitamos y el uso regular que vayamos a darle.
Aún así, si tenéis alguna duda al respecto, desde M. J. Suazo estaremos encantados de ayudaros e intentar solucionarla.
Problemas frecuentes del lavavajillas
Actualmente en la mayoría de los hogares, uno de los electrodomésticos indispensable es el lavavajillas. Esto se debe a que éste nos hace la vida mucho más fácil, ahorrándonos tiempo y trabajo a la hora de fregar.
Es cierto que es uno de los electrodomésticos más sencillos de usar y no es de los que más mantenimiento necesitan, pero a pesar de esto también sufren averías y podemos tener problemas.
Desde M. J. Suazo os queremos contar hoy, los principales problemas y averías que pueden tener más frecuentemente nuestro lavavajillas.
Uno de los más comunes es que el lavavajillas no coja agua.
Esto es una consecuencia que puede deberse a varias causas. Una de ellas es que el filtro del extremo de la manguera esté sucio u obstruido, casi siempre por el paso del tiempo. Para comprobar si es así, debemos cerrar la llave de paso de agua y desconectar la manguera. Colocaremos la manguera en un cubo o algún recipiente y volveremos a abrir la llave de paso, y si el agua cae, sabremos que la manguera está dañada.
La manguera puede estar doblada y no obstruida. Puede que al colocarla la última vez que manipuláramos nuestro lavavajillas, no lo hiciésemos bien y dejásemos algún pliegue o doblez. Una vez solucionado, debería volver a llenarse de agua.
Se recomienda revisar todos los canales de paso de agua para verificar qué es lo que está produciendo que el agua no corra de manera normal.
Si tras revisarlo todo vemos que seguimos con el mismo problema, deberemos llamar a un técnico, ya que puede deberse a otro tipo de problemas más específicos.
Si por el contrario, en vez de no llenarse bien, nuestro lavavajillas no desagua correctamente y cuando lo abres aún queda agua dentro, como si el ciclo de lavado no hubiese terminado, puede deberse a estas posibles causas.
Una de las causas puede ser un posible atasco en las tuberías de la vivienda. Por otro lado, al igual que con el problema anterior, aquí también puede deberse a que la manguera de desagüe esté doblada. Debemos revisar que no tenga pliegues.
También esta avería puede deberse a la obstrucción en la bomba de desagüe, por algún objeto, que hace que la hélice de vaciado no gire correctamente. Si al poner la bomba en marcha no escucha ruido, lo más probable es que esté obstruido.
Un fallo de corriente del módulo eléctrico también podría ser la causa de la avería, en este caso, esto ya sería algo más grave y que debe arreglar un profesional específico.
Otro de los problemas con los que nos podemos encontrar es que el consumo de sal es excesivo. Esto se da por varias razones, entre ellas que esté en mal estado, defectuosa o dañada tanto la placa electrónica, la electroválvula de regeneración o el propio dosificador. En este último caso, debemos cambiar el ablandador del agua. Otra causa puede ser que el tapón del depósito no cierre herméticamente.
Debemos revisarlo todo correctamente para asegurarnos y saber de dónde viene el problema, para atacarlo directamente.
Si la pastilla de detergente no se disuelve, esto podría suponer un problema o alarmarnos de una posible avería, ya que nuestro electrodoméstico no nos limpiaría bien la vajilla, por lo que no estaría realizando su función correctamente. Esto se puede deber a qué el aspa superior tenga problemas de obstrucción y no golpee directamente a la pasilla, y ésta no se disuelva. Que el cajetín no cierre ni abra correctamente, el problema puede estar ocasionado por esto. También debemos comprobar que el cajetín no estuviese húmedo al insertar la pastilla, ya que si ha sido así, la pastilla se habrá quedado pegada, ocasionando que no se disuelva.
Si encontramos los pilotos de nuestro lavavajillas parpadeando y no se inicia el lavado, lo más habitual es que la intermitencia se deba a que la puerta no está correctamente cerrada. Los pilotos de los lavavajillas suelen tener sólo dos funciones de alarma, y no son referente a nada mecánico. Tan sólo se encienden cuando le lavavajillas requiere más sal o abrillantador.
Si al finalizar el lavado notamos que hay diferencia en la limpieza entre la bandeja inferior y superior. Normalmente eso suele deberse a que las hélices inferiores o superiores no giran bien. Las inferiores son más fáciles de obstruir y se suele dar por algún cuerpo extraño como un tenedor, cuchillo etc.
Por último, otra de las averías más comunes y a las que nos enfrentamos habitualmente es la de que nuestro lavavajillas no seque correctamente. Una de las causas es que necesite más abrillantador, algo fácil de solucionar. Otros dos motivos por los que se puede dar esta consecuencia, y que ya no son tan sencillos de solucionar, son que la resistencia se haya quemado o deteriorado y que el termostato de nuestro electrodoméstico se haya estropeado.
Como veis, existen muchas averías simples con fácil solución y que se puede realizar desde casa y sin invertir demasiado tiempo. Éstas, se pueden evitar llevando un buen mantenimiento y cuidando nuestro lavavajillas. Como hemos visto, en otras ocasiones, las averías o problemas son más graves y necesitaremos de la ayuda de un especialista, por lo que desde M. J. Suazo nos ponemos a vuestra disposición con nuestro servicio técnico.
¿Cómo mantener nuestro aire acondicionado?
Con la llegada del verano el aire acondicionado se convierte en nuestro mejor aliado. Es un placer llegar a casa, encender el aire y calmar el sofocante calor que traemos de la calle.
Pero para que siempre disfrutemos del aire acondicionado al 100% y a pleno rendimiento, sin inesperadas averías y altas facturas, debemos tener en cuenta algunos consejos y cuidados, y así mantenerlo correctamente y conseguir un funcionamiento perfecto.
Desde M. J. Suazo os damos algunas claves para conseguir sacarle el máximo partido a nuestro aparato y hacer que funcione siempre, como el primer día:
- Una de las cosas más importantes a tener en cuenta, son los filtros. La limpieza de los filtros es fundamental e imprescindible para el buen estado de nuestro aire acondicionado. Los filtros absorben todas las partículas de polvo del aire de la habitación, por lo que éste se va acumulando dentro de nuestro aire, y una vez lleno, disminuye la capacidad de enfriamiento y el aire deja de ser fluido. Esto conlleva a un mayor gasto sin un correcto funcionamiento. Para evitarlo, se recomienda limpiar los filtro cada 6 meses aproximadamente. Los podremos limpiar con agua y jabón y esperar que estén secos antes de colocarlos. Los aparatos más modernos ya cuentan con una función de limpieza automática, por lo que asegura el buen funcionamiento del aire, en ese aspecto.
- Otro aspecto esencial es la carga refrigerante. Debemos revisar que nuestro aparato no tenga ninguna fuga de aire, esto haría que no obtuviésemos todo el aire que estamos consumiendo. Su correcto mantenimiento, evitando fugas, alargará la vida útil de nuestro aparato. La supervisión de posibles fugas, siempre debe ser llevada a cabo por un profesional, especialista en este tipo de trabajos.
- Cuando utilizamos el aire, para que podamos disfrutar de ese fresquito, se produce un proceso de evaporación que hace que dentro del sistema se vayan acumulando unas gotas de agua. Si no limpiamos esas gota del desagüe, provocará malos olores o una acumulación de agua sucia, que de no retirarse puede producir averías. Por eso debemos desaguarlo cada cierto tiempo.
- Hay que revisar también la unidad exterior de nuestro aparato, ya que ésta suele estar situada al exterior y es más probable que no se encuentre en óptima condiciones. Debemos limpiar regularmente el polvo y la suciedad que se incrusta y reducen el rendimiento de los dispositivos interiores y aumenta el consumo eléctrico, además de ser un foco de infección y causa de averías.
Teniendo en cuenta y llevando a cabo estos consejos conseguiremos que nuestro aire acondicionado rinda al 100% y nosotros disfrutemos de su función. Si por el contrario, tu aparato no funciona correctamente o crees que puede tener una avería, ponte en contacto con nosotros, nuestro servicio técnico estará encantado de solucionar el problema.
¿Vitrocerámica o placa de inducción?
¿Estás pensando en renovar tu cocina y a la hora de cambiar tu placa no sabes si decidirte por una vitrocerámica o por una de inducción?
Desde M. J. Suazo queremos ayudaros y resolveros las dudas, describiendo cada una de ellas y resaltando sus ventajas e inconvenientes, para que así, según tus necesidades, te sea más fácil tomar la decisión.
Para empezar, debemos saber la diferencia entre cada una de ellas. La vitrocerámica es un sistema de cocina eléctrica basado en una placa lisa de cerámica que tiene las propiedades del vidrio y muy resistente a altas temperaturas, además de tener también una rápida capacidad para transmitir ese calor. La superficie es de cristal y tiene de dos a cuatro resistencias en forma circular y de diferentes tamaños. Se enciende con un botón y transmite calor a la superficie, permitiéndote regular la potencia y por lo tanto el calor.
Por otro lado, la placa de inducción funciona por un imán que se calienta a través de la electricidad. Estas cocinas son más modernas, ya que calientan la comida a través de un campo magnético y solo transmite el calor al recipiente que está encima en ese momento. Al igual que la vitrocerámica, tiene una superficie de cristal liso y se enciende con un botón, la diferencia es que calientan más rápido que la vitrocerámica y el calor se disipa al momento.
Las ventajas de la vitrocerámica son las siguientes:
- Su superficie es fácil de limpiar: al ser una superficie lisa, los restos y las salpicaduras se eliminan fácilmente.
- El calor se distribuye gradualmente: las resistencias no se calientan de inmediato, se hace progresivamente. Esto beneficia para el cocinado de muchos alimentos, ya que no se cocinan bien con un calor inmediato e intenso.
- Otra de las ventajas más importantes es la utilización de recipientes: la vitrocerámica acepta todo tipo de superficies y es apta para todo tipo de recipientes.
- Se puede aprovechar el calor: al distribuir el calor de forma progresiva, cuando apagas el botón y dejas de consumir electricidad, aún la resistencia sigue caliente, por lo que puedes aprovechar ese calor para terminar de cocinar o calentar los alimentos.
Por otro lado, la vitrocerámica tiene también inconvenientes que cabe mencionar para poder elegir correctamente y sabiendo todo lo que necesitas:
- Lo que en algunas ocasiones podemos considerar una ventaja, en otras se puede convertir en un inconveniente. Que la resistencia se caliente de forma progresiva y tarde en hacerlo, puede convertirse en algo molesto por el tiempo de espera.
- Al igual que tarde en calentarse, la resistencia tarda en enfriarse. Esto puede ser un inconveniente para el cocinado de algunos productos, ya que debemos estar pendientes de que no se nos queme la comida, a pesar de haber apagado la vitrocerámica.
- El peligro del calor. Al tardar en enfriarse, puede ser peligrosa para los niños, ya que pueden ver apagada la vitrocerámica y sin embargo seguir quemando.
- Por último y no menos importante, el gasto eléctrico. Al ser más lento el calentamiento, necesitas gastar más electricidad para el cocinado, por lo que el consumo y el gasto económico, será mayor.
Las placas de inducción tienen también muchas ventajas. Las que consideramos más destacables son las siguientes:
- La superficie es fácil de limpiar: al igual que la vitrocerámica, la placa de inducción es muy fácil de limpiar, ya que la superficie es lisa y los restos y salpicaduras se eliminan fácilmente.
- Calienta mucho más rápido: al no utilizar resistencia y obtener el calor a través de un campo magnético, éste actúa rápidamente sobre el recipiente de metal. Es tan eficaz como el microondas.
- Control de temperatura: al no tardar en calentarse, ni en enfriarse, la placa de inducción te permite ser muy preciso en el control de la temperatura.
- Más seguro para niños y mayores: gracias al punto anterior, a poder controlar la temperatura de forma precisa y no tardar en enfriarse, es mucho más segura para todas las personas que viven en el hogar, sobre todo, los más pequeños, ya que es más difícil quemarse debido al rápido enfriamiento al apagarla.
- Gasta menos energía. Al calentar y enfriarse más rápido, el consumo de energía y electricidad es mucho menos, por lo que verás que el gasto es más bajo en la factura de la luz.
A pesar de todas estas ventajas que parecen ser más innovadoras y superiores a la vitrocerámica, la placa de inducción tiene algunos inconvenientes muy importantes
- Al no calentar progresivamente, el calor es más fuerte mucho más rápido, por lo que muchos alimentos que necesitan calor progresivo, deben cocinarse con mucho más cuidado y debemos estar más alertas para no quemarlos.
- Recipientes específicos: aunque cada vez hay más oferta de recipientes aptos para este tipo de placas, no todos son válidos, por lo que es probable que si pones inducción en tu casa por primera vez, casi ninguno de los recipientes que tengas te valga y tengas que renovarlos.
- Los recipientes de cocina tradicional no están indicados para las placas de inducción, por lo que las ollas de barro de cocina artesanal, por ejemplo, no pueden utilizarse.
- A pesar de que ahorramos dinero en la factura de la luz con este tipo de placas, el coste inicial es mucho mayor, ya que puede costar casi el doble que una vitrocerámica. Para saber si te compensa económicamente y te va a salir o no rentable, debemos calcular el uso que vamos a para que a la larga, con el ahorro en la factura, nos compense el gasto inicial.
Desde M. J. Suazo esperamos que con toda esta información, te sea más fácil tomar una decisión a la hora de escoger una u otra para tu cocina.
Si necesitas más información o tienes dudas al respecto, no dudes en preguntarnos, estaremos encantados de atenderte.
¿Utilizas bien el microondas?
Actualmente el microondas es un de los pequeños electrodomésticos más comunes y usados en todos los hogares. Es complicado a día de hoy no ver un microondas es una casa, pero como ya hemos comentado en otros post, se cometen errores al usarlos y muchos de ellos, de los que hablaremos hoy, están relacionados con el cocinado o con el uso que solemos darle.
Desde M. J. Suazo queremos daros algunos consejos para que le saquéis el máximo provecho al microondas, ese gran aliado, que nos puede facilitar mucho el cocinado, en cuanto a tiempo, ahorro en la factura, y nutrición.
Una de las preguntas más importantes que os hacemos desde M. J. Suazo es, ¿utilizáis el microondas para cocinar?, ¿o sólo para calentar?
Si sólo calentamos, estamos desaprovechando muchos de sus usos, es decir, el microondas es perfecto y está diseñado para calentar, descongelar, cocinar y asar y dándole todos esas utilidades, conseguiremos ahorrar tiempo y dinero, además de tener una alimentación más saludable.
Debemos tener en cuenta que, si comparamos el microondas con el horno convencional, a la hora del cocinado, el pequeño electrodomésticos supone entre un 60% – 70% de ahorro, ya que 1 minuto de microondas equivale a 7 minutos de horno convencional.
Una forma de ahorrar tiempo, dinero y comer de forma más saludable es freír en el microondas. ¿Lo has hecho alguna vez? Es mas rápido, por lo que ahorramos tiempo y a su vez dinero. Además, los alimentos reciben menos aceite que en las sartenes tradicionales, por lo que nuestra dieta nos lo agradecerá.
Cualquier cosa que quieras cocinar, tanto en la sartén como en el horno, puedes hacerlo en el microondas y podrás beneficiarte de todas las ventajas que os hemos mencionado anteriormente y añadiendo incluso alguna más, como la limpieza y evitar los desagradables olores que supone cocinar en el microondas, frente la suciedad y abundancia de olor a comida que genera la cocina más tradicional con sartenes.
Si sigues nuestros consejos conseguirás disfrutar más y sacarle el máximo partido al microondas, convirtiéndolo en tu aliado perfecto para ahorrar tiempo, dinero, comer de forma más saludable y evitar una costosa limpieza y desagradables olores.
Si tienes alguna duda, o necesitas revisar tu microondas para que funcione correctamente y puedas beneficiarte de todas sus ventajas, contacta con nosotros, en M. J. Suazo estaremos encantados de ayudarte y asesorarte.
Consejos para el mantenimiento de electrodomésticos en vacaciones
¿Eres planificador o desastre? Consejos para el mantenimiento de electrodomésticos durante tus salidas vacacionales.
Con la llegada de las primeras salidas de vacaciones, nos planteamos qué hacer con nuestros electrodomésticos, si dejarlos enchufados o aprovechar para una limpieza en profundidad. Aquí van algunos consejos que seguro te ayudarán en la planificación para este mes.
1 Si eres un/a planificador/a
- Desenchufa electrodomésticos como TV, microondas, hornos, etc. Consumen electricidad estando en standby y no tendrán uso. El teléfono portátil, el fijo, ese también.
- Aprovecha durante las semanas anteriores y ve consumiendo todos los alimentos perecederos del frigorífico y congelador. De la mezcla de todos han salido ideas geniales y platos de alta cocina… así que…¡imaginación al poder!
- Cuando ya no quede nada en el frigorífico y congelador, aprovecha para descongelar y desaguarlo. Introduce un limón cortado o un vaso de bicarbonato para evitar los malos olores y deja la puerta abierta para evitar la concentración de humedad.
Te dejamos una lista de alimentos y duración en el frigorífico.
- Carne de ave fresca, embutidos, ternera, cordero, hamburguesas, carne picada o pescado: de 1 a 2 días
- Carnes asadas, sobras, ensaladas de huevo, pollo, jamón, leche abierta, pasta: de 3 a 5 días
- Huevos y mantequilla: de 2 a 3 semanas
2. Si eres un/a desastre:
– Desenchufa todos los electrodomésticos, repasa la lavadora, el microondas, la secadora (que no sabes porqué pero la tienes enchufada con el calor que hace), etc.
– Intenta ir comiendo e innovando culinariamente, haz una clasificación de aquellos productos que puedes o no congelar. Las verduras suelen tener mucha cantidad de agua y celulosa y si las congelamos pierden su textura, la carne, pescado y guisos en general (salvo los que lleven patatas) suelen ser una buena elección para tener en el congelador.
– Una vez realizado todo el proceso de selección, divide y congela lo que puedas congelar.
Pero atención, ¿Cómo puedes saber si tu congelador a mantenido la cadena de frío?
Un truco muy sencillo es meter un pequeño vaso de agua, congelarla y posteriormente colocarle encima una moneda. Si cuando llegues a casa la moneda sigue arriba no ha habido ningún problema, si por el contrario, la moneda se encuentra abajo o a la mitad… es el momento de contactar con nosotros para ayudarte a reparar tu congelador o frigorífico y ayudarte con el problema.
El seguro que tu electrodoméstico se merece
En M. J. Suazo sabemos la importancia que tienen los electrodomésticos en un hogar, desde el más pequeño, hasta el más grande.
Además de ser imprescindibles en tu día a día, sabemos que conlleva un esfuerzo económico adquirirlos, y que una vez que los tienes, no quieres que una avería suponga tanto un imprevisto económico, como un imprevisto a la hora de no poder llevar a cabo la acción para la que dicho electrodoméstico está destinado.
Por todo esto, te ofrecemos una solución: Un seguro integral de electrodomésticos para particulares y hostelería.
Este seguro te proporcionará tranquilidad, ya que pagando una pequeña cuota anual, que varía dependiendo del electrodoméstico que asegure, se garantiza, durante un año, la mano de obra y el desplazamiento para poder solventar el problema de su electrodoméstico.
Sólo tendrías que hacerte cargo de las piezas necesarias para el arreglo, evitándote los demás gastos.
Además, en M. J. Suazo le damos prioridad a nuestros asegurados, por lo que garantizamos que el técnico estará en su vivienda en menos de 24 horas.
Con el seguro integral de electrodomésticos evitarás problemas y reducirás los gastos imprevistos que suponen la reparación de un electrodoméstico, tanto si eres un particular, como si perteneces al sector hostelero.
Además si eres arrendatario y tienes viviendas en alquiler, puedes evitar gastos, molestias y dolores de cabeza, ya que incluiremos nuestro número de teléfono en el electrodoméstico, una vez que contrates el seguro, por lo que el inquilino podrá llamar a nuestro servicio técnico sin tener que molestarte y ya nosotros nos pondremos en contacto contigo cuando finalicemos el arreglo.
Contratar el seguro es muy fácil, contacta con M. J Suazo, nuestro técnico acudirá a tu vivienda y revisará el electrodoméstico que quieres asegurar. Cuando el técnico apruebe la solicitud, deberás rellenar un sencillo formulario y seguidamente ya tendrás el seguro integral anual.
Quince días antes de que cumpla el seguro, nos pondremos en contacto contigo para informarte de su caducidad y ofrecerte la posibilidad de renovación durante un año más.
¡Así de sencillo! Consúltanos en M. J. Suazo y no dejes que una avería te haga tener un mal día.
Consejos para cuidar tu horno
Para empezar, antes de comprar un horno debemos pensar que tipo de uso le vamos a dar, de este modo podemos tener en cuenta su capacidad, la calidad y el tipo de material con el que esta fabricado su interior.
Cuando usemos el horno, debemos colocar en su interior recipientes con la capacidad adecuada a la comida que estamos por cocinar, así evitaremos el derrame de líquidos y comida que pueden producir problemas en la combustión y tapar los quemadores.
La limpieza del interior del horno deberá realizarse teniendo en cuenta el tipo de esmalte con el cual se encuentra recubierto, en algunos casos son enlozados y en otros autolimpiantes. Para que la limpieza sea mucho mas sencilla, podemos fijarnos si la tapa del horno puede retirarse; algunas fábricas las diseñan con este sistema.
Antes de limpiarlo, debemos desconectar el encendido eléctrico (si lo tiene) y hacerlo cuando esté frío.
Otra opción es el horno autolimpiante, para explicarlo de manera sencilla, atrapa y carboniza la grasa que se origina por la cocción de los diferentes alimentos. Cuando el horno se apaga, esa grasa se convierte en un polvo, y para retirarlo, solo hace falta pasar un paño suave. En estos hornos jamás debe utilizarse productos de limpieza.
En el caso de las cocinas con hornos enlozados, para su limpieza, se debe utilizar un paño y un producto de limpieza no abrasivo, con un porcentaje bajo de amoniaco.
Otra forma muy natural y segura de limpiarlos, es mezclando dos cucharadas de bicarbonato de sodio en un litro de agua.
Errores más comunes del microondas
Los fallos más comunes del microondas son:
Mi microondas no funciona: Dado el riesgo de este electrodoméstico es aconsejable llevarlo a un servicio técnico. No obstante, en este caso, el circuito de alimentación estará interrumpido, probablemente, por el fusible.
Mi microondas no calienta: Volvemos a reiterar el riesgo de este electrodoméstico, en este caso aún más, ya que puede haber alta tensión en lo que va a manipular, y habría que comprobar los elementos de este sistema como el condensador, el diodo, el fusible, el transformador y el magnetrón.
Algunas teclas no funcionan: Esta avería suele ocurrir con los microondas digitales, es aconsejable llevarlo al servicio técnico.
Al encender el microondas salta el diferencial: No es posible concretar en esta avería, salvo la resistencia del grill si la tuviera derivada, aconsejamos llamar al técnico.
El microondas sigue funcionando cuando abro la puerta: Es muy difícil que esto ocurra, ya que normalmente tienen dos o más micros de seguridad. Si se da este caso, dada la gravedad y el riesgo al que está expuesto el usuario a las microondas, aconsejamos llevarlo inmediatamente al técnico.
Si tu microondas te da otro tipo de fallo puedes consultarnos o llamarnos y te atenderemos con mucho gusto.
Consejos para cuidar tu lavavajillas
El lavavajillas es uno de los electrodomésticos más usados y no nos damos cuenta de su importancia hasta que nos falla. Siguiendo esta serie de consejos podemos ampliar su eficacia por mucho tiempo:
Usarlo con frecuencia
Parece evidente, pero usar el lavavajillas con relativa frecuencia contribuye a tenerlo limpio. En el caso de que no se use durante un largo periodo de tiempo, por ejemplo en nuestras anheladas vacaciones, se recomienda hacer un prelavado sin vajilla para eliminar los posibles residuos.
Utilizar vinagre como abrillantador
Encender el lavavajillas vacío y, una vez que lleve diez minutos en funcionamiento, abrir la puerta y verter un vaso de vinagre blanco. Cerrar la puerta y continuar con el lavado. Una vez concluido, veremos cómo nuestro querido electrodoméstico ha quedado brillante, porque el vinagre, además de eliminar la cal, tiene propiedades antisépticas. ¡Es un auténtico limpiador ecológico!
Conservar el blanco
Con el paso del tiempo nuestros electrodomésticos pueden perder parte de su blancura inicial, también el lavavajillas. Para evitar que esto suceda, podemos preparar una mezcla de agua caliente con bicarbonato y limpiar el exterior.
Retirar restos de comida
Quitar los restos de comida en los platos antes de introducirlos en el lavavajillas ayuda a tenerlo limpio. No hace falta pasarlos por el grifo, ya que es suficiente limpiarlos por encima con una servilleta de papel. De esta manera, ahorramos agua y no introducimos en el electrodoméstico más residuos de la cuenta.
Dejar abierto el lavavajillas abierto media hora después de su uso
Este simple paso evita la concentración de humedad en el interior y la posible aparición de moho.
Sacar y limpiar el filtro
En el filtro del lavavajillas se acumula gran parte de suciedad. Por ello, es importante sacarlos y limpiarlos con agua y jabón. Podemos añadir también un poco de vinagre blanco, ya que, recuerda, actúa como antiséptico.
Revisar los brazos giratorios
Es importante que esta parte del lavavajillas esté limpio para evitar que la suciedad se transmita al resto de la vajilla.
Si el lavavajillas te está dando fallo, revisa si tiene alguno de los errores más comunes o llámanos para poder solucionarlo cuanto antes.
Consejos para cuidar tu secadora
Con la llegada de la lluvia y el frío, la secadora se vuelve un electrodoméstico indispensable en nuestro hogar. Para sacárle el máximo partido a ésta y asegurar su eficacia aquí te ofrecemos algunos consejos a tener en cuenta:
Filtro de pelusas
Antes de usarla, tienes que limpiar el filtro de pelusas para que la ropa no se llene de ellas y se seque más rápido. Este filtro está normalmente situado en la puerta de la secadora o abajo, en la parte inferior de la misma. Hay que retirar estos restos de ropa, pues de no ser así pueden llegar al condensador y hacer perder eficiencia al equipo. Esto implicaría un mayor gasto en la factura eléctrica. Lo recomendable es hacerlo cada 5 o 6 programas.
Vacía el agua condensada en el depósito.
El tanque de agua condensada está situado normalmente arriba a la derecha, aunque algún modelo lo tiene acoplado a la puerta. Hay que retirar el agua cuando el depósito está lleno (a veces se enciende un indicador avisando de esto). Otra posibilidad es conectarlo directamente al desagüe.
Limpia el condensador.
Está situado en la parte inferior izquierda del equipo. Se abre una escotilla y se despliegan unas pestañas de fijación. A continuación se extrae el intercambiador (tubos), que hay que lavar con agua fría desde la zona trasera a la delantera. También conviene hacerlo con cierta frecuencia, por ejemplo, cada 10-12 programas de secado.
Materiales combustibles
Nunca debes poner prendas que estén mojadas con materiales combustibles (pinturas, solventes, ceras, etc…)
Ropa con goma o plásticos
Si pones a secar ropa que tenga goma o plásticos (zapatillas, baberos, bolsos de goma, etc.) al calentarse pueden derretirse o quemarse.
No sobrecargar
No debes sobrecargar la secadora, gastarás más energía, la ropa se arrugará y se producirá un mayor desgaste en las prendas. Si tienes mucha ropa para secar puedes poner una y cuando termine poner enseguida la otra. Así ahorras energía al aprovechar el calor de las cargas anteriores.
Si la secadora te está dando fallo, revisa si tiene alguno de los errores más comunes o llámanos para poder solucionarlo cuanto antes.
Los errores más comunes en secadoras
Los fallos más comunes de las secadoras son:
Mi secadora no enciende:
Compruebe que el enchufe donde está conectada tiene corriente con un pequeño aparato eléctrico. Si tiene corriente y sigue sin funcionar solicite nuestros servicios.
Mi secadora no calienta pero gira el bombo:
Es posible que haya saltado el termostato de seguridad, si fuera de rearme manual, en la parte posterior de la secadora debe haber un botón que deberá pulsar. Sino hubiera ningún botón, es posible que se haya estropeado algún termostato o la resistencia. Si cree que puede reemplazarlo con éxito acceda a ella, en la mayoría de los casos se encuentra en la parte posterior del cesto, en caso contrario llámenos le atenderemos con sumo gusto.
Mi secadora tarda más que antes en secar:
Asegúrese de que la evacuación del aire está libre y limpio de restos de algodón. El conducto interior, puede que esté provocando que salte el termostato de seguridad por exceso de temperatura
No gira el tambor de mi secadora:
Deberá observar si gira el motor, si es así, la correa está rota y debe cambiarla. En algunas secadoras este cambio es un tanto complejo, por lo que recomendamos que se ponga en contacto con nosotros.
Mi secadora hace mucho ruido:
Habrá que identificar qué es lo que lo provoca pero tanto si es el portarrodamiento como los patines donde se apoyan la parte delantera del cesto, es aconsejable llamar al técnico.
Si tu secadora te está dando otro tipo de fallo puedes enviarnos una consulta o ponerte en contacto con nosotros. Intentaremos solucionártelo telefónicamente y si no es posible, nos acercaremos a tu hogar.
Consejos para cuidar tu frigorífico
El frigorífico es el electrodoméstico que, en la mayoría de las ocasiones, más energía consumen, por lo tanto es muy importante aprender a ahorrar el máximo de energía al utilizarlos:
Cierra la puerta
Evita mantener las puertas abiertas demasiado tiempo o abrirlas si no es necesario, ya que se eleva la temperatura interior, pierde el frío acumulado y el frigorífico consume más para mantener la temperatura idónea.
Descongela en la nevera
Es recomendable descongelar los alimentos en el frigorífico para aprovechar su baja temperatura y ayudar a enfriar el resto de los alimentos. Además, es importante evitar introducir alimentos calientes porque se produciría el efecto contrario.
Límpialo
Es muy importante limpiar el frigorífico cada seis meses o si la escarcha tiene más de medio centímetro de espesor. La razón principal es que esta capa de hielo aumenta el consumo de electricidad.
No calor
El frigorífico hay que ubicarlo en zonas alejadas de los focos de calor (rayos de sol) y con espacio para favorecer la ventilación de unos 15 a 20 mm.
Mantén limpia la bandeja recoge-aguas
La bandeja de agua del aparato se suele llamar también la bandeja de drenaje, en referencia al trabajo que hace en realidad: Ésta recoge el agua que fluye hacia fuera del refrigerador, drenándola a través de un tubo. Esta agua se origina debido a la condensación que resulta del ciclo natural de descongelación del refrigerador, lo que evita que demasiado hielo se acumule en el interior de la unidad. El agua fluye hacia abajo por la pared posterior interior del aparato, pasa a través de un desagüe en el suelo del refrigerador y gotea hacia abajo en la bandeja de agua. La bandeja también recoge el agua que gotea de las bobinas del condensador en la sección posterior inferior del refrigerador.
La bandeja de agua se debe limpiar, sobre todo si te has dado cuenta que hay un crecimiento de moho en ésta. Para ello, simplemente tira de la bandeja hacia afuera de la parte trasera de la nevera y vacía toda el agua fuera de ésta. Lava la bandeja con la mano en el fregadero de la cocina, con agua y jabón. Seca la bandeja y deslízala en la ranura debajo de la nevera. Además de la bandeja, también debes limpiar las bobinas en la parte posterior del refrigerador.
Esperamos que con estos consejos puedas ampliar la vida de tu frigorífico, de todas maneras si tienes algún problema, consúltanos o ponte en contacto con nosotros, ya que si es una pequeña avería y no le hacemos caso puede desencadenar en una mayor.