Los electrodomésticos necesariamente consumen energía para su funcionamiento, de ahí la importancia de mejorar la forma de usarlos, para conseguir la mayor eficiencia de cada aparato y lograr de este modo reducir nuestro consumo.
Desde M. J. Suazo os vamos a dar unas simples pautas que si las realizas lo notarás en tu factura:
Frigorífico
Es el electrodoméstico que más electricidad consume en el hogar. Sus prestaciones dependen de las condiciones del lugar donde se ubique. La pérdida de frío aumenta el gasto energético. Evítela abriendo lo mínimo la puerta o permitiendo la circulación de aire por la parte trasera. Las clases más eficientes cuentan con un mejor aislamiento.
Lavadora
Es el tercer electrodoméstico que más energía consume en el hogar español. Hay que aprovechar al máximo la capacidad de la lavadora llenándola del todo en cada lavado y utilizar los programas de baja temperatura, ya que la mayor parte de la energía se utiliza para calentar el agua.
Lavavajillas
El 90% de su consumo de energía se destina a calentar el agua. Hay que usarlo sólo cuando esté completamente lleno y con los programas económicos que permiten reaprovechar el calor. Hay estudios que demuestran que es más económico en recursos lavar la vajilla en ellos que fregando a mano.
Secadora
Las secadoras menos consumidoras son las de gas y las que incluyen ciclos con enfriamiento progresivo. Es conveniente centrifugar la ropa al máximo para ahorrar energía durante el secado y procurar que trabaje siempre a carga completa.
Lavadora – Secadora
Combina dos funciones en un sólo equipo aunque realmente sólo se puede secar la mitad de la ropa que se puede lavar. Como lavadora resulta ligeramente peor que una lavadora sola y como secadora, se trata del tipo especial de secado por condensación, más eficiente que el de ventilación.
Horno
Los de gas son mucho más eficientes, pero los eléctricos son más frecuentes. Cada vez que se abre la puerta, se pierde un mínimo del 20% de la energía acumulada en su interior, por lo que se recomienda no abrirlo innecesariamente y cocinar, si es posible, de una vez el mayor número de alimentos.