Para empezar, antes de comprar un horno debemos pensar que tipo de uso le vamos a dar, de este modo podemos tener en cuenta su capacidad, la calidad y el tipo de material con el que esta fabricado su interior.
Cuando usemos el horno, debemos colocar en su interior recipientes con la capacidad adecuada a la comida que estamos por cocinar, así evitaremos el derrame de líquidos y comida que pueden producir problemas en la combustión y tapar los quemadores.
La limpieza del interior del horno deberá realizarse teniendo en cuenta el tipo de esmalte con el cual se encuentra recubierto, en algunos casos son enlozados y en otros autolimpiantes. Para que la limpieza sea mucho mas sencilla, podemos fijarnos si la tapa del horno puede retirarse; algunas fábricas las diseñan con este sistema.
Antes de limpiarlo, debemos desconectar el encendido eléctrico (si lo tiene) y hacerlo cuando esté frío.
Otra opción es el horno autolimpiante, para explicarlo de manera sencilla, atrapa y carboniza la grasa que se origina por la cocción de los diferentes alimentos. Cuando el horno se apaga, esa grasa se convierte en un polvo, y para retirarlo, solo hace falta pasar un paño suave. En estos hornos jamás debe utilizarse productos de limpieza.
En el caso de las cocinas con hornos enlozados, para su limpieza, se debe utilizar un paño y un producto de limpieza no abrasivo, con un porcentaje bajo de amoniaco.
Otra forma muy natural y segura de limpiarlos, es mezclando dos cucharadas de bicarbonato de sodio en un litro de agua.