Si miras a tu alrededor, cada vez son más los aparatos electrónicos presentes en nuestra vida cotidiana, ya sea laboral, de ocio o la relacionada con las comodidades domésticas. La proliferación de este tipo de equipos, obviamente, supone un consumo extra de energía eléctrica que incrementa nuestro gasto mensual. Pero el problema ya no es pagar por lo que se usa, sino afrontar un gasto innecesario que, en ocasiones, ni siquiera somos conscientes de estar asumiendo de forma involuntaria.
Es el caso del consumo energético del llamado “stand by” (modo de espera en español), que erróneamente mucha gente piensa que supone un gasto mínimo cuando en realidad puede alcanzar hasta un 10% del total de nuestras facturas. En el caso de oficinas, donde el número de ordenadores y otros equipos electrónicos suele ser aún mayor, el consumo es todavía más alto.
Todos estos aparatos electrónicos están provistos de un mando a distancia que los acciona o desactiva mediante un sistema de rayos infrarrojos que deja el equipo en modo “espera” (“stand by”). Es muy común que erróneamente muchos consumidores crean que al apagar un aparato con el mando se desconecta del todo, cuando en realidad no es así en absoluto. Solo lo “duermen”, pero sigue enchufado a la electricidad y consumiendo un energía que no se aprovecha para nada.
Esto afecta a todo tipo de aparatos: desde televisores, cadenas de audio, aparatos de DVD, TDT, los vetustos VHS, decodificadores de satélite, Home Stereo y los equipos periféricos de informática, que también permanecen en “stand by” aunque no utilicen mandos a distancia. Por ejemplo impresoras, tarjetas externas, monitores, etc.
No siempre el consumo “stand by” se produce por circuitos de detección de infrarrojos (mandos a distancia), pues actualmente la mayoría de botones de los equipos electrónicos son de tipo digital – no mecánico-, por lo que necesitan de una corriente de alimentación constante para su funcionamiento. Esto crea la curiosa situación de que para encender un equipo, éste debe estar ya encendido, aunque a menor consumo. Es el considerado “consumo fantasma”.
Este consumo interno de funcionamiento de paneles y botones puede consumir unos 5 W si está permanentemente conectado a la red. Un gasto eléctrico que deberá sumarse al 10% del modo stand by antes apuntado.
En M. J. Suazo te recomendamos apagar los equipos directamente y no a través del mando, ya que podrás ahorrar, un 15% de consumo innecesario y perfectamente evitable.
Si quieres unos cálculos más exactos del gasto que supone el “stand by” de tus aparatos, puedes hacerlo a través de la Calculadora de Consumo en “Stand By” que la OCU pone a tu disposición.
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